domingo, 31 de marzo de 2013

El rey y sus 4 esposas

Había una vez un rey que tenia 4 esposas. El amaba muchísimo a su cuarta esposa y vivía dándole lindos regalos, joyas y ropas caras. Le daba de todo y de lo mejor. El también amaba mucho a su tercer esposa, y le gustaba exhibirla en los reinados vecinos. No obstante, tenia miedo de que un día ella lo dejase por otro rey. El también amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y estaba siempre lista para el, con amabilidad y paciencia. Siempre que el rey tenia que enfrentar un problema, confiaba en ella para atravesar esos tiempos de dificultad. La primera esposa era una compañera muy leal, y hacia todo lo que estaba a su alcance para mantener muy rico y poderoso al rey y al reino.
Pero el no amaba a la primera esposa, y a pesar de que ella lo amaba profundamente, el apenas se fijaba en ella. Un día, el rey callo enfermo y se dio cuenta de que su fin estaba cerca.
Pensó en toda la lujuria de su vida y reflexiono:
- Ahora yo tengo cuatro esposas conmigo, pero cuando muera, ¿con cuantas podre contar?
Entonces pregunto a la cuarta esposa:
-Yo te ame tanto, querida, te cubrí de las mas finas ropas y joyas. Mostré cuanto te amaba cuidando bien de ti. Ahora que yo estoy muriendo, ¿eres tu capaz de morir conmigo, para no dejarme solo?
-¡De ninguna manera!- respondió la cuarta esposa, y salio del cuarto sin siquiera mirar para atrás.
La respuesta que ella le dio corto su corazón como si fuera un cuchillo afilado.
Tristemente, el rey pregunto a la tercera esposa:
- Yo también te ame tanto la vida entera. Ahora que yo estoy muriendo, ¿eres tu capaz de morir conmigo para no dejarme solo?
-¡¡¡No!!!- respondió la tercera esposa- ¡La vida es muy buena! Cuando tu mueras voy a casarme de nuevo. El corazón del rey sangro y se congelo de tanto dolor.
Le pregunto a la segunda esposa- Yo siempre recurrí a ti cuando necesite de ayuda, y tu siempre estuviste a mi lado. Cuando yo muera, ¿seras tu capaz de morir conmigo para hacerme compañía?
- Lo siento mucho, pero esta vez no puedo hacer lo que me pides- respondió la segunda esposa. ¡Lo máximo que puedo hacer es enterrarte!
Esta respuesta cayo como un trueno en la cabeza del rey, y una vez mas quedo afectado.
Entonces, una voz se hizo oír: - Yo partiré contigo y te seguiré por donde quiera que vayas...
El rey levanto sus ojos y allí estaba su primera esposa, tan flaquita, tan desnutrida, tan sufrida...
Con el corazón partido, el rey dijo: - Debería haber cuidado mucho mejor de ti mientras aun podía...
La verdad es que todos nosotros tenemos cuatro esposas en nuestras vidas...
Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo.
A pesar de todos los esfuerzos que hacemos para mantenerlo saludable y bonito, el nos dejara cuando muramos. Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, propiedades y riquezas. Cuando morimos, todo eso va para otros. Nuestra segunda esposa son la familia y los amigos. A pesar de amarnos mucho y de estar siempre apoyándonos, lo máximo que ellos pueden hacer es enterrarnos.
Y nuestra primera esposa es nuestra ALMA, muchas veces dejada de lado por perseguir, durante toda la vida, la Riqueza, el Poder, y los Placeres de nuestro Ego.
A pesar de todo, nuestra Alma es la única cosa que siempre ira con nosotros, no importa donde vayamos...

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